Ilustra este primer Encuentro de Clubes Universitarios de Lectura el óleo «Las universitarias» realizado por Rafael Pellicer (1906-1963) en 1934. La vida de Rafael Pellicer se desarrolla entre artistas e intelectuales: era hijo del escritor cordobés Julio Pellicer y de la pianista madrileña Concha Galeote; y su tía, Francisca Pellicer, se casó con Julio Romero de Torres, quien se convertiría en uno de sus maestros.
También estuvo vinculado Pellicer con el ámbito universitario. Fue catedrático de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, donde impartía la asignatura Dibujo del antiguo y ropajes y profesor de la Escuela Nacional de Artes Gráficas, donde enseñaba Dibujo artístico. Además de trabajar como profesor, ocupó el cargo de director de la Escuela de Paisajistas de El Paular y fue académico de pintura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Asumió, asimismo, la función de Secretario del Círculo de Bellas Artes.
Destacan en su obra los óleos, los grabados y los dibujos, algunos de los cuales fueron galardonados con importantes premios: en el año 45, recibió las Primeras Medallas de la Exposición Nacional de Bellas Artes en las categorías de Pintura y de Grabado y la Medalla de Oro del Concurso Nacional de Grabado.
La mujer del pintor, la doctora Carolina Zamora (1911-1998), tuvo un papel fundamental en la vinculación de la familia con el ámbito universitario. De origen cordobés, estudió Medicina en la Universidad Central, donde obtuvo su título en el año 1936, convirtiéndose en la primera mujer licenciada en Medicina de la provincia de Córdoba. Carolina se especializó en el conocimiento de la Psiquiatría y, más específicamente, en el estudio de las corrientes psicoanalíticas. Cuando Rafael conoce a Carolina en 1940, esta cursaba un doctorado en Madrid. Posteriormente, fundó, en colaboración con otros colegas, la Asociación Psicoanalítica de Madrid, donde ejerció como didacta de los psicoanalistas en formación.
Rafael Pellicer pintó Las universitarias durante la Segunda República, momento en que las mujeres españolas comienzan a incorporarse a la vida cultural y universitaria. En el cuadro aparecen representadas dos mujeres universitarias que comparten un momento de lectura en la facultad. Pero la imagen de las dos estudiantes no se corresponde con la realidad de las universitarias españolas, cuya apariencia distaba de la modernidad retratada por Pellicer. La estética de su ropa y su peinado, sumada a los libros y la revista con las que quedan identificadas, son indicio del deseo de realización de una modernidad cultural que, en el caso español, quedará truncada por la Guerra Civil y la posterior Dictadura. Así describe el cuadro Carolina Rodríguez López en el catálogo de la exposición Madrid. Musa de las Artes (2018, p. 481) celebrada en 2018 en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid: “Dos jóvenes con aire berlinés, maquilladas y atrevidas, sentadas encima de los modernos pupitres de la Facultad […], y con revista de cine en las manos, representan un modelo de mujer mucho más anhelada que la real, una metáfora, en definitiva, de una visión también ansiada de España.”
Nos pasa como a Antonio Muñoz Molina cuando contemplaba el cuadro en la exposición de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando El Retrato Moderno en España 1906-1936. Itinerarios y Procesos en el año 2007, que nos gustaría saber “qué sería de esas dos estudiantes a las que retrató Rafael Pellicer en 1934, en un aula con un gran ventanal y con muebles racionalistas que pertenecía sin duda a la nueva Facultad de Letras”.